lunes, 25 de febrero de 2013

Noches diferentes

El viernes, gracias a ME, tuve la suerte de vivir una de esas noches divertidas que no te esperas. Con gente que no conoces pero con la que conectas al minuto cero y con la que te sientes cómoda desde el principio. Es verdad que yo en eso puntúo poco, porque con un poco de charla divertida y unas cuantas copas en seguida me adapto al medio, pero reconozco que me sentí como sí les conociera de toda la vida. Lo mejor, la capacidad de todos de saltar de una conversación sesuda de comercio internacional a algo tan banal como la vida sentimental de Carmen Martínez-Bordiú, sin olvidar el crimen sin resolver del hotel Villamagna que nos duró unos cuantos gin tonics. Quiero un apellido!! Está bien de vez en cuando salir del círculo habitual y empaparte de gente nueva y divertida :)

martes, 19 de febrero de 2013

En la orilla

Había llovido pero se sentó en la arena a mirar como el mar le devolvía los trozos de madera de lo que en otro tiempo había sido un gran barca. Esa barca que siempre se había mantenido firme a pesar de las galernas que de vez en cuando azotaban esa zona escarpada del Cantábrico. Siempre le había dado miedo el mar, hasta que un día decidió coger los remos y empezar a remar, muy adentro y con remadas largas. Era la única manera de perder el miedo y disfrutar de algo que por otro lado le fascinaba. De ver cómo cambiaba el color del mar en función del sol, conocer playas en las que nunca había estado y descubrir que aunque que ayudado sólo por dos remos de madera vieja podía llegar muy lejos. Con sincronizar los dos remos era suficiente. No sabe explicar qué pasó, pero una tarde, estando en mitad del mar, una inesperada racha de viento hizo caer un remo al mar. Continuó cómo pudo, con un solo remo, pero la barca solo daba vueltas sobre sí misma. Y así estuvo unos cuantos días, perdido en mitad del mar, maldiciéndose por haber sido capaz de perder el remo hasta que se dio cuenta de que lo mejor era dejar la barca atrás, lanzarse al mar y nadar hasta la costa. Ese día en la playa, mientras pensaba en todo lo que había pasado unos días antes y apilaba los restos de madera junto a la orilla, decidió que pronto volvería a salir al mar.

jueves, 14 de febrero de 2013

A tiros

Estoy impactada con la noticia de Pistorius, el atleta paralímpico que ha matado a su novia disparándole 4 tiros a la cabeza. Tuve la oportunidad de trabajar con él el año pasado en el Global Sports Forum y me pareció además de guapísimo, un ejemplo de superación y profesionalidad. Hicimos una actividad con niños con problemas en un polideportivo de Barcelona y fue carismático, cariñoso, firmó autógrafos, se hizo fotos, atendió a la prensa... No era para nada el ejemplo de persona atormentada o agresiva. Una vez tuve un altercado con el conductor de una furgoneta y me reventó el coche (conmigo dentro) con un bate de beisbol, si llega a tener una escopeta me revienta los sesos. Y todos os acordaréis de lo que le pasó al padre de Carlos Sainz en una discusión absurda con otro conductor. En fin, que las armas mejor no "meneallas", que los humanos somos imprevisibles. (Y perdón porque no sé por qué este maldito blog no reconoce los puntos y aparte)

martes, 12 de febrero de 2013

ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Posidón no podrán encontrarte si tú no los llevas ya dentro, en tu alma, si tu alma no los conjura ante ti. Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano; que te vean arribar con gozo, alegremente, a puertos que tú antes ignorabas. Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, y ámbar, y perfumes placenteros de mil clases. Acude a muchas ciudades del Egipto para aprender, y aprender de quienes saben. Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca: llegar allí, he aquí tu destino. Mas no hagas con prisas tu camino; mejor será que dure muchos años, y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla, rico de cuanto habrás ganado en el camino. No has de esperar que Ítaca te enriquezca: Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje. Sin ellas, jamás habrías partido; mas no tiene otra cosa que ofrecerte. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia, sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas. ÍTACA, Konstantinos Kavafis

lunes, 11 de febrero de 2013

El lado bueno

El otro día fui al cine a ver "El lado bueno de las cosas". Previsible buena actuación de De Niro y sorprendente la de Bradley Cooper (muy guapo, pero normalmente en papeles bastante flojitos de comedias románticas) y la prota, que ahora mismo no me acuerdo de como se llama. La película me gustó mucho, pero es dura. Un retrato fiel de la bipolaridad y de cómo el desequilibrio mental de algunos afecta a los que tienen alrededor. Y es que no es fácil encontrar el equilibrio mental cuando todo (o una parte importante) a tu alrededor de repente se tambalea. Yo me considero una persona fuerte, pero también de extremos y aunque disfruto y me rio como la que más, sufro y lloro como la que más también. Supongo que eso es vivir la vida con intensidad, para bien y para mal, y siempre será mejor que vivirla de puntillas. Alguien me dijo el otro día que "la clave está en no alargar la tristeza" y "además a tí Covita, no te pega nada". Pues gracias, porque esa frase me ha servido de mucho y desde hace un par de días veo la botella medio llena y vuelvo a ser energía positiva. "El lado bueno de las cosas"... porque siempre hay un lado bueno, aunque a veces no sepamos verlo a la primera. Ahora solo falta que los demás también lo vean. Hope so.

lunes, 4 de febrero de 2013

Termómetros

Hace tiempo, una persona a la que quiero mucho, me dijo que nunca me arrepintiera de ser valiente. Que una de mis virtudes era la de vivir la vida a tope y exprimirla hasta la última gota, aunque con eso me arriesgara a sufrir más que los que van por la vida con un termómetro y una bolsa de agua caliente (como decía Borges en su poema "Instantes"). Hoy me lo ha tenido que recordar y me siento un poquito mejor.