Desprenderse

Una de las conclusiones del finde astur es que a la gente le cuesta un huevo desprenderse de las cosas viejas. Imagino que porque al tirarlas nos da la sensación de que tiramos una parte de nosotros. Yo sin embargo soy de las que de repente sufro lo que llamo "ataques de tirar" y me levanto un sábado con ganas compulsivas de llenar bolsas de basura con lo primero que encuentro. Casi siempre cosas inservibles de las que todos acumulamos "por sí acaso". Como que me da vidilla y la sensación de empezar de cero.  Una especie de rito purificador. Me consta que a otr@s les da por cocinar o limpiar hasta la última pelusa de debajo del sofá. Manías. Eso sí, guardo cajas y cajas de fotos, y todos mis libros, incluida la coleccion de Los Hollister, Los Cinco o Guillermo el Travieso. Eso es intocable.

Imagino que esta manía por deshacerme de las cosas cada cierto tiempo se debe a que mis 60m2 dan para lo que dan. Probablemente, si fueran 300 mi casa parecería el salón de la casa - museo de Sara Montiel.

En otro post os contaré mi obsesión por cambiar los muebles de sitio... Aunque en estos 60m pocas combinaciones nuevas quedan ya después de tantos años.

Road Trip

Hace justo dos meses, cuando cumplí los 36, me planteé un reto: tomarme las cosas (y la vida en general) con más calma. Puedo decir que lo estoy cumpliendo y que me siento orgullosa. Que lo bueno va viniendo poco a poco y así también mola. Y lo malo, además de poco, no es tan malo.

Está muy bien esto de vivir en marchas cortas. Como en un road trip en Aston Martin por la costa francesa. Sin prisa, con las paradas justas y disfrutando del paisaje. Os lo recomiendo.

El globo

Siempre le había gustado montar en globo...  la dimensión de las cosas desde ahí arriba. Una nueva perspectiva en la que todo tenía el tamaño justo, ni más grande ni más pequeño... Y es que algunas veces, con los pies en la tierra se confundía y cambiaba el orden o el tamaño de las cosas. 

Había pasado mucho tiempo desde la última vez, de hecho no sabía si se acordaría de cómo  regular el gas para subir o bajar a su antojo o de qué había que hacer para ir soltando lastre o elegir las mejores corrientes. Pero daba igual, se las apañaría... como había hecho otras veces... Y pensó que igual sería más divertido si hacía ese viaje acompañado. 

Mucho arroz para tan poco pollo

En mi grupo de amigas -aclaro que la mayoría solteras y con poca suerte en esto de Cupido-, siempre hemos pensado que nos quedaremos para vestir santos, aunque como dice la famosa frase, mejor quedarse para eso que para desvestir gilipollas. 

Casualmente (o no, y por eso somos tan amigas) tenemos muchas cosas en común: tías listas, más o menos monas, muy divertidas, bastante nocturnas, viajeras, muy sociables, con curros estupendos, independientes, con aficiones, deportistas y con muchos amigos del sexo masculino. 

Ya a estas alturas tenemos claro que no nos vamos a convertir en princesitas sumisas -de las que yo digo que se mueren si se les moja el pelo- así que el panorama no es muy alentador, porque está claro que es el perfil que al final -y no hablo de noches canallas efímeras sin continuidad- triunfa. 

¿Hay algún futuro para las amantes de la barra de chapa y el canalleo nocturno o como dice mi madre "somos mucho arroz para tan poco pollo"?

Encaje

Ir cumpliendo años… ¿nos hace más sentimentales? Debería ser al revés, ¿no?... cuanto más mayores, más curtidos, ¿no?... Pues yo, para variar, para atrás, como los cangrejos… Cada vez más sentía, que dirían los andaluces… Así que en esas ando, proceso de “encaje” complicado con mi nuevo yo… pero descubriendo cosas que me gustan y gustan.  

10 placeres confesables

1.- volver a meterme en la cama después de desayunar

2.- un paseo en moto por Madrid en primavera

3.- unos mejillones con patatas fritas y una cerveza a la hora del aperitivo

4.- leer el periódico escuchando el ruido del mar

5.- meterme en la cama con las sábanas recién puestas

6.- las tormentas de verano

7.- el cola-cao con galletas María 

8.- andar descalza

9.- el olor de mi casa de Asturias

10.- las verbenas de pueblo y las barras de chapa

Sueños raros

Últimamente, bueno, desde hace unos años, dormir más de 6 horas seguidas se ha convertido en todo un logro… como dicen algunos será la mala conciencia… yo prefiero atribuirlo a la edad y en ciertas noches (o más bien mañanas) a la mala vida…

Desde hace unas semanas me pasa algo muy curioso: duermo las 6 horas de rigor, me desvelo un rato y cuando vuelvo a caer redonda, en esa última fase del sueño que no suele durar más de hora y media antes de que suene el despertador, tengo sueños excesivamente reales, muy relacionados con mi día a día, con gente de mi entorno y casi siempre raros. Sueños agitados, con episodios que no me gustan y que me hacen levantarme de mal humor y con ganas de asesinar a sus protagonistas.

Siempre me he hecho lío con las fases del sueño… Sé que existe la fase REM (Rapid Eye Movement) y poco más, pero tampoco tengo muy claro cuánto dura, si es al principio, al final… Y por supuesto desconozco qué maldita fase es a la que me refiero en este post.

Fascinante el mundo del “dormir”. Si hay algún experto, que se manifieste, a ver si consigo empezar el día amando el mundo.