Hace justo dos meses, cuando cumplí los 36, me planteé un reto: tomarme las cosas (y la vida en general) con más calma. Puedo decir que lo estoy cumpliendo y que me siento orgullosa. Que lo bueno va viniendo poco a poco y así también mola. Y lo malo, además de poco, no es tan malo.
Está muy bien esto de vivir en marchas cortas. Como en un road trip en Aston Martin por la costa francesa. Sin prisa, con las paradas justas y disfrutando del paisaje. Os lo recomiendo.
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