Pues no se han cumplido los pronósticos y al final la Infanta Cristina está imputada en el Caso Noos. Es evidente que es difícil que no supiera nada de las actividades más que dudosas de su marido, pero estoy convencida, y me imagino que vosotros también, de que ni uno ni otro acabarán con los huesos en la trena, aunque a Urdangarín no le vendría mal un baño de humildad. Todo huele a pacto con la Fiscalía y si te he visto no me acuerdo.
Y ahora viene la miga. ¿Creéis que esto hubiera pasado si la Infanta se hubiera casado con algún miembro de otra familia real en lugar de con un jugador de balonmano? El otro día decía un amigo que está claro que los valores y la educación de cualquier ciudadano de a pie no son los mismos que los de alguien a quien educan para reinar (o casi). ¿Estamos todos, vengamos de donde vengamos, preparados para asumir responsabilidades de ese calado? ¿Ha sido una cagada por parte de la Casa Real permitir que la Infanta y el Príncipe pongan el amor por encima de sus obligaciones de sangre azul?
Ale, ahí lo dejo. Se abre la veda.